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El tiempo, un concepto difícil de explicar, nos envuelve constantemente y determina nuestra existencia. De hecho, el concepto de existencia sólo se explica si existe el concepto de tiempo.
Para el materialismo y el racionalismo, el tiempo no es mas que un concepto físico lineal. Para las religiones y el mundo de lo espiritual el tiempo no significa nada ya que el hombre es capaz de persistir a través del tiempo eternamente, ya sea a través de la reencarnación o por poseer un alma inmortal. Otros creen que el hombre es un ser-para-la-muerte; es decir, un ser atrapado en el tiempo y que sólo puede encontrar el sentido de la vida en la muerte.
El tiempo, esa cualidad de nuestra propia esencia, es un compañero invisible que nos acompaña y nos proporciona los recuerdos pasados y los anhelos del futuro, nos da esperanzas, nos sumerge en la melancolía; nos permite siempre proyectarnos hacia delante cuando pensamos en el futuro o hacia atrás si miramos el pasado. El presente en cambio es un concepto que en si mismo no existe, porque cuando es ya ha dejado de ser en nuestra existencia y entra a formar parte del recuerdo.
Bajo este yugo al que el tiempo nos somete, el hombre solo puede hacer una cosa: buscar el verdadero sentido de la vida y aprovechar el tiempo invirtiéndolo en lo que realmente es importante, aunque probablemente lo difícil sea saber qué es importante y que es superfluo. Pero eso con el tiempo se acaba sabiendo.
Cuanta razón tiene el sabio Portos cuando dice que el tiempo es el numero del movimiento según el antes y el después (Arithmós kinêseôs katà tò pró-teron kaì hýsteron).
Así pues querido Sergi, tú que tienes mas tiempo que yo, seguro que lo utilizaras con maestría y sabiduría para encontrar lo que es realmente importante. No lo desperdicies porque el que está por venir llega y cuando lo ves ya ha dejado de ser y se ha ido.
Moltes Felicitats.